martes, 1 de mayo de 2012

El libro olvidado

En el banco del parque había un libro olvidado.

Blanca, en su rutina nocturna de paseos improvisados, encontró aquel banco con el libro arrinconado sobre la roída madera. Curiosa se sentó a su lado y lo observó desconfiando de su desaliñado aspecto. Sin poder resistirse alargó su brazo y acarició la cubierta violeta. Sintió, por el calor que desprendía, que era un buen libro. Lo colocó en su regazo y abrió la solapa, encontrándose con una dedicatoria incomprensible y una firma nerviosa.