domingo, 27 de octubre de 2013

“Replay”

Pienso en tu mano, amiga de mi espalda.

Deseo darle al replay.

Oigo mi nombre en tu boca,

Y lo grabo a cámara lenta.

Has tenido que tocar algún botón

Para descontrolarme de nuevo.

 

Las huellas invisibles sobre mi cuello,

Quisiera expandirlas hasta el infinito.

No había sido nunca más físico, casi una ciencia.

Nunca tan agradable.

No tengo intención de pensar en nada,

Tan solo vuelve a dejar tu mano en mi espalda.

miércoles, 25 de septiembre de 2013

No más paseos de revista

Paseas una tarde, pensando en todo y en nada, uno de esos días en que tienes poco que hacer y mucho en lo que pensar. Entras en una librería, ojeas algunos libros que te llaman especialmente la atención y de repente llegas a la sección de prensa y revistas. Hace años que no lees una, probablemente desde que acabaste el instituto. Observas por encima algunas portadas y finalmente te decide. Luego te llevas un pequeño puñetazo en tu cartera, las revistas solían ser mucho más baratas cuando ibas al instituto.

domingo, 22 de septiembre de 2013

Espera

La cortina echada

El café en la mesa

La canción de siempre

Repite, repite y repite otra vez.

 

Las tardes tranquilas

La noche lozana

Indolentes mañanas

Esperas, esperas y esperas sin querer.

 

Puertas cerradas

La cama, tú cama

Un espejo en la pared

Miras, miras y miras pero nada ves.

martes, 17 de septiembre de 2013

Un mañana mejor

Llevo mucho tiempo planeando este viaje. Hace unos meses todo eran nuevas esperanzas, ilusiones. Hacía cada trazo en el plano de mi nueva aventura con entusiasmo, con ganas de revivir en cada idea. Y entonces… ¿Cómo explicar que aún no he despegado y ya parece un fracaso? Ahora entiendo como un hoy puede borrar del todo el mañana que pinté, aunque las cosas que quisiera ver cambiar son las que nunca cambian. Y todo pesa, todo duele. Sientes que no has hecho suficiente.

Pero me alegro de que no haya huida fácil, las elecciones están hechas y no existe una vuelta atrás. Así, detrás de mí tan solo dejo unas cartas, algunas entregadas, otras que jamás serán leídas ya. Una caja azul de los recuerdos, baúl de los juguetes olvidados, algunos libros y unas fotos de carnet. Ya sé que es difícil empezar un viaje caducado, tan solo espero que el destino elegido me cure la maldita desazón. Querer, volar, caer, crear, perder, ganar, soñar… Si ha habido un hoy, habrá un mañana mejor.

lunes, 16 de septiembre de 2013

No hay esperanza

La niña recogió la chaqueta gris del suelo y rascó con parsimonia las manchas oscuras que adornaban el cuello de la prenda. Por el color, bien podrían haber sido unas salpicaduras de zumo de arándanos; pero ella sabía que era sangre de aquellos que habían luchado en la plaza. Escondida en una finca solitaria había observado, por la ranura de una ventana tapiada, como durante horas un remolino enfurecido de cuerpos contra cuerpos arrasaba la calle. Ahora solo quedaba la nada más absoluta. Vagaban sin rumbo decenas de almas abandonadas, resultado de una violencia desgarradora.

La pequeña metió sus brazos escuálidos en las mangas, demasiado largas para su diminuto cuerpo. No tenía frio, pero quería resguardar su cuerpo de los recuerdos agónicos de aquel nefasto espectáculo. Un hombre alto y uniformado apareció ante la pequeña y cogió su mano temblorosa. En sus ojos no había reflejo alguno de culpa o piedad, pero su boca fingió una cálida sonrisa, que a pesar de todo no logró reconfortar a la niña. Después de abandonar la plaza la niña alzó su carita y preguntó con frágil inocencia:

—¿Por qué, papá?

—¿Cómo dices, cariño?

—¿Por qué has matado a esas personas?

El hombre sintió como las vibrantes pupilas de su hija se clavaban en él con angustia, pero no se inmutó lo más mínimo.

—Esas personas, mi vida, habrían muerto de todas maneras, ya no tenían esperanza.

—No papá, yo lo vi… Esas personas querían vivir.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Sabes

¿Sabes, lo que digo?

Que se acabó, no más palabras.

Me he cansado de tanto naufragar.

 

¿Sabes, lo que pienso?

Que no hay ningún desvío en la misma dirección

Nunca lo hubo, ni lo habrá.

 

No veo rosas, ni violetas, ni azucenas, ¿sabes?

No hay luz donde un día hubo sol;

Y el hielo no se derrite nunca,

Tan solo acaba con los vestigios de calor.

 

Pero… ya no parece grave, ¿sabes?

Tan solo elijo el camino fácil;

El tiempo, con su nueva utopía,

Parece ahora la mejor opción.

lunes, 9 de septiembre de 2013

Encuentro

La madera, entristecida por el tiempo y falta de su color natural, cedió apenas bajo el peso de su espalda. Un crujido casi imperceptible y luego un suspiro. La lana azul de su bufanda rozó la cómoda blanca de la entrada. Un delicado aroma a menta y a miel empezó a extenderse por toda la casa, él se adentró en ella. Recorriendo sus largos pasillos con tensa parsimonia, llegó a la cocina, donde una tetera lo esperaba sobre la mesa de cristal. Se deshizo del pesado abrigo y se quitó el gorro, dejando al descubierto su corto cabello negro. Una silla lo esperaba impaciente, al igual que él se impacientaba por ocupar su sitio de siempre.

viernes, 6 de septiembre de 2013

Hablarte

“¿Recuerdas aquellos jóvenes de antes?

Los viajes, las noches,

aquellos cafés de mañana amargos.

 

¿Recuerdas la arena, el sol en la cara?

También las tormentas,

El olor de la tierra mojada.

lunes, 19 de agosto de 2013

La conocí en un sueño

Sé cómo se siente, conozco la sensación física y emocional que aporta. Sé cómo se siente la felicidad, una felicidad completa y genuina. La he conocido en un sueño.

Duele un poco, como un pellizco. Y después de la punzada de dolor viene una calma inexplicable. Lágrimas inocentes cuelgan de las pestañas, lloras por la incredulidad, no es fácil asumir que mil pedacitos de todas las veces que fuiste feliz se junten en una sola pieza, como un puzle completo. La conocí en un sueño, pero estoy segura de que es así como se siente, de es así como te abraza, así como algún día quisiera sentirla otra vez.

jueves, 15 de agosto de 2013

A cámara lenta

Ocurre a veces, caminas entre una multitud bulliciosa, ruidosa, acongojada y viciada. Formas parte de ella, pero quieres huir de alguna manera. Te imaginas a ti mismo, como ocurre en las películas, parándote de golpe y dando una vuelta completa para ver a tu alrededor, para escuchar, para entender… Y entonces sucede la magia de la cámara lenta. Todos y todo, menos tú, empiezan a enredarse en un pausado movimiento que permite desglosar cada una de las partes de algo que antes parecía desordenado, pero que a cámara lenta es hipnótico y atrayente.

Observas las caras y sus gestos, los movimientos de las manos y las piernas. Al fin puedes adivinar los anhelos y las preocupaciones de esas personas. Puedes imaginarte la escena pintada en un cuadro. Un brazo que se extiende lentamente para saludar una cabeza que empieza a formar una sonrisa. Un bolso que esconde un futuro balanceo. Unos labios abriéndose para formar un “Buenos días”. Y de repente el caos se convierte en una canción con melodía suave y tranquila. Piensas que quizás, si pudieras vivir para siempre dentro de una cámara lenta, serías más feliz.

martes, 13 de agosto de 2013

Lirios

—Esos lirios sobre mi mesa…

—¿Bonitos, verdad?

—Y el libro…

—Recuerdas aquella vez cuando…

—No lo recuerdo.

—Pero si todavía…

—He dicho que no lo recuerdo.

—Siempre has tenido mala memoria —ríe suavemente.

—Recuerdo que era muy buena, de hecho —agacha la mirada.

—No te han gustado los lirios… ya veo. ¿Hubieras preferido margaritas?

—Hubiera preferido, hubiera preferido, ¿sabes lo que hubiera preferido? —sus manos se ciñen convirtiéndose en puños llenos de impotencia.

—Lo sé—su mano tira del tirante de su blusa. De repente un abrazo. La cabeza en su pecho, las manos sobre su espalda. Un abrazo justo, no de los que recuerda, sino de los que solo siente.

—Los lirios —susurra—, son perfectos.

domingo, 11 de agosto de 2013

Hoy desperté

Hoy desperté en un lugar de sombras,

De amplios jardines olvidados.

Ahí donde no hay tierra ni olmos,

Donde no hay calles y las casas son pintadas.

 

Es un lugar sin Dios ni cura,

Para aquello que se llama soledad.

No hay paz y reina la efímera locura

De un baile al compás de la verdad.

 

Ahí se pierde la tristeza,

Las lágrimas no pueden ser borradas.

Lugar donde no existe más pobreza

Que la de un abrazo nunca dado.

lunes, 5 de agosto de 2013

Cuando el fuego aparece

En un segudo, en el misero segundo que tardas en abrir un mensaje, todo cambia, aunque en realidad nada ha cambiado, porque llevabas conviviendo con la novedad ya mucho tiempo, solo que ahora es visible. Te paras, miras a tú alrededor sin siquiera abrir los ojos y surgen mil dudas y preguntas: ¿Cómo? ¿Por qué? ¿Qué tan insignificante llega a ser la existencia de una persona?

Luego están esos maravillosos recuerdos, plagándote la mente de manera abrumadora. Las caras de todos y de nadie, además, también la tuya. No sabes si llorar, gritar o simplemente dejarte llevar por una silenciosa impotencia. Nada sirve, nada importa, nada va a mejorar la situación. Por más que ardas por dentro, las llamas no van a salir al exterior, no hay aire que las extinga. Te obligas a ahogar los quejidos, los tuyos y aquellos otros que hay a tu alrededor, hacer que todo fluya con la mayor naturalidad posible. Sientes mil engaños, aunque no eres la engañada. Sientes mil pinchazos, aunque no eres la apuñalada.

Y al final, con todo ese desconcierto y dolor, lo único que intentas, lo único que tienes claro, es que necesitas sobrevivir a pesar del fuego.

domingo, 21 de julio de 2013

Primera vez

Entre el continuo jugueteo del aire con la piel, con el cabello, con la ropa… Pienso y sigo caminando, camino en mi mente y camino por una acera conocida. Hay tanto luz como sombra a mi alrededor. Hay urbanidad y naturaleza. Hay tristeza y algo de felicidad.

De repente es la primera vez, es la primera vez de algo, porque se siente como todas las otras primeras veces. Me siento por primer vez desnuda… desnuda y vulnerable, ante un mar que hace de frontera entre la confianza y su contrario. Es la primera vez que deseo hablar claro, sin miedo a perder la noción de lo que digo; pero las palabras se despojan de su sentido, se quedan en la más absoluta insignificancia.

Si vives largo tiempo en un mundo de palabras y te dejas poseer inútilmente por la confianza, cuando ambas cosas se diluyen por las circunstancias, no te queda nada. Y aunque quiera y crea que puedo... ya no es tan fácil aceptar esa primera vez, porque está manchada de un azul pasado.

lunes, 22 de abril de 2013

Abandono

Cuerpo, cuerpo.

Miras, toco.

Dudo y me escondo.

Llora la piel, sienten los dedos.

Beso, beso.

Te acercas, suspiro.

Quiero y no puedo.

Bailan mis manos, tiemblan las piernas.

Latido, Latido.

Acaricias, parpadeo.

Me pierdo y huye mi mente.

Se duerme el dolor, despierta la calma.

sábado, 13 de abril de 2013

Sientes eso que…

Al amanecer se disuelve el humo del cigarro. Se disuelven también las pocas esperanzas y la libertad se siente muy cerca. No existen las ganas de llorar, ni se precipita la tristeza. Es todo lo de antes pero más cristalino, se han borrado las manchas que no permitían verlo todo tal y como es. Hay algo muy lejos que espera y los pasos se enredan nerviosos por llegar a aquel lugar. No importa si no hay otros pasos al lado, no importa si los pies están desnudos y la tierra quema. No hay necesidad de lamentarse, ni de culparse. Y cuando ya no queda nada, vendrá el todo que estaba perdido. Solo un poco de cola para reparar las grietas y algún perfume con un olor muy fresco para disimular aquello que se ha podrido. Aparentemente, todo está bien y sientes eso que…

jueves, 21 de marzo de 2013

Hoy, la primavera.

Hoy me ha surgido una sonrisa al despertarme. Y por la calle me han secuestrado los olores y recuerdos que venían de la mano. He pasado por todas las estaciones del año y he vuelto a sonreír porque se me ha llenado la cabeza de imágenes muy coloridas. He recordado los mercados de mi infancia, el jardín con violetas de mi guardería, también las muchas tardes pasadas en los bancos y otras cosas que no soy capaz de retener ahora, pero que en ese momento eran totalmente nítidas y casi podía verlas ante mis ojos. He notado la primavera en mis mejillas, en mis manos y en mi pelo. He estado un poco torpe, pero todo me parecía tan simple como un puzle de cuatro piezas.

Adoro esta época del año y me doy cuenta, de que por más frío que sea el invierno, en mi vive una “invencible primavera”.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Silencio

Los colores del atardecer se apagan y ahí en el rincón entre las casas blancas, al lado de aquella farola negra se pierden las palabras. Ella habla y escucha el silencio en respuesta. De nuevo. Del pequeño balcón asoman rosas en cascada, unidas de tal forma que no se dejan caer la una a la otra. Un par de miradas y los dedos enredados a penas se sostienen ya. No hay música pero en sus cabezas alguien canta.
Hay velas encendidas, en algún lugar, el olor a cera se extiende por la calle. Es un momento imperfecto, diferente. Ella habla y escucha el silencio en respuesta. Una y otra vez. Él encierra en sus ojos la inteligencia de aquel que no comprende nada. Tal vez el encuentro dure un par de minutos más, pero los dedos ya no se sostienen. Algo cae en sus hombros, ¿agua? Siguen ahí, persisten, no abandonan. La farola parpadea con luz muy cálida. Ellos, la lluvia y la calle, su calle. Y de repente es otra época, son otras personas, otras palabras… Pero ella habla y aún así escucha el silencio en respuesta.

lunes, 11 de marzo de 2013

Sóplale al viento porque es viento

 

Explícale al viento que te duelen sus caricias, pídele que amaine su fuerza, que te deje caminar. Dile al sol que queman sus abrazos, implórale a la lluvia que deje de caer. Razona con el frío para que deje de calar tus huesos y grítale al calor que no te deja respirar. Confiésale al árbol que te enganchan sus colores, susúrrale a la flor cuanto te gusta su perfume. Llama al pájaro para que venga a dormir contigo y te cante al amanecer. Persigue al león y reclámale cariño. Haz todo eso y te sentirás frustrado. Verás que es inútil continuar, que si el viento sopla seguirá soplando y si el pájaro no quiere, no cantará.

domingo, 10 de marzo de 2013

Ignominia (1)

 

Recuerdos

En el recuerdo, cayó en el recuerdo. Agachó la cabeza y dejó reposar sus ojos en su abrigo gris. Recordaba su última vez en aquel lugar como si fuera algo que había quedado embalsamado en su memoria. Las ventanas del coche estaban cerradas pero podía sentir la brisa que corría aquel día por su pelo. Vio a su madre sentada en el asiento del copiloto y a su padre buscando algo en su cartera. Pero más que nada la recordaba a ella al otro lado de la ventanilla, sus manos enganchadas por los dedos, uno a cada lado de una frontera todavía invisible, pero ya real. Se despidieron con una amarga sonrisa y el coche arrancó con fiereza.

De vuelta a la realidad, separó la llave del contacto y salió por fin del vehículo. Lo dejó aparcado justo en frente de lo que había sido un hospital clínico. Era casi doloroso pensar en cómo de rápido habían cambiado las cosas. Las calles que guardaban su infancia habían sido remodeladas; el cielo no era igual de azul, ni los árboles igual de verdes. Le habría gustado tener la quebradiza esperanza de que la gente seguía siendo la misma, pero le habían enseñado a asumir la irrevocable imposibilidad de ciertas cosas.