miércoles, 20 de marzo de 2013

Silencio

Los colores del atardecer se apagan y ahí en el rincón entre las casas blancas, al lado de aquella farola negra se pierden las palabras. Ella habla y escucha el silencio en respuesta. De nuevo. Del pequeño balcón asoman rosas en cascada, unidas de tal forma que no se dejan caer la una a la otra. Un par de miradas y los dedos enredados a penas se sostienen ya. No hay música pero en sus cabezas alguien canta.
Hay velas encendidas, en algún lugar, el olor a cera se extiende por la calle. Es un momento imperfecto, diferente. Ella habla y escucha el silencio en respuesta. Una y otra vez. Él encierra en sus ojos la inteligencia de aquel que no comprende nada. Tal vez el encuentro dure un par de minutos más, pero los dedos ya no se sostienen. Algo cae en sus hombros, ¿agua? Siguen ahí, persisten, no abandonan. La farola parpadea con luz muy cálida. Ellos, la lluvia y la calle, su calle. Y de repente es otra época, son otras personas, otras palabras… Pero ella habla y aún así escucha el silencio en respuesta.

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