Explícale al viento que te duelen sus caricias, pídele que amaine su fuerza, que te deje caminar. Dile al sol que queman sus abrazos, implórale a la lluvia que deje de caer. Razona con el frío para que deje de calar tus huesos y grítale al calor que no te deja respirar. Confiésale al árbol que te enganchan sus colores, susúrrale a la flor cuanto te gusta su perfume. Llama al pájaro para que venga a dormir contigo y te cante al amanecer. Persigue al león y reclámale cariño. Haz todo eso y te sentirás frustrado. Verás que es inútil continuar, que si el viento sopla seguirá soplando y si el pájaro no quiere, no cantará.
No hay comentarios:
Publicar un comentario