lunes, 11 de marzo de 2013

Sóplale al viento porque es viento

 

Explícale al viento que te duelen sus caricias, pídele que amaine su fuerza, que te deje caminar. Dile al sol que queman sus abrazos, implórale a la lluvia que deje de caer. Razona con el frío para que deje de calar tus huesos y grítale al calor que no te deja respirar. Confiésale al árbol que te enganchan sus colores, susúrrale a la flor cuanto te gusta su perfume. Llama al pájaro para que venga a dormir contigo y te cante al amanecer. Persigue al león y reclámale cariño. Haz todo eso y te sentirás frustrado. Verás que es inútil continuar, que si el viento sopla seguirá soplando y si el pájaro no quiere, no cantará.

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