Hoy desperté en un lugar de sombras,
De amplios jardines olvidados.
Ahí donde no hay tierra ni olmos,
Donde no hay calles y las casas son pintadas.
Es un lugar sin Dios ni cura,
Para aquello que se llama soledad.
No hay paz y reina la efímera locura
De un baile al compás de la verdad.
Ahí se pierde la tristeza,
Las lágrimas no pueden ser borradas.
Lugar donde no existe más pobreza
Que la de un abrazo nunca dado.
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